Ucrania
Tanques, misiles, fuego,
destrucción...
Seres humanos mutilados.
Gritos que rasgan la oscuridad de las horas
mezclándose entre estallidos sin pausas
del grotesco sonido de las detonaciones.
(Común conjunción en los campos de batallas)
Terroríficos alaridos de la carne y el alma.
¡OH! ¡Ucrania! ¡Cuánto dolor te causan!
Vertiginosa carrera contra
que, de una u otra manera, está presente.
Agazapada, impaciente se levanta,
va y viene… Perverso rictus
en descarnado rostro.
Sus carcajadas invaden el ejecutado espacio
donde las fosas emanan hedor nauseabundo
que flota en el aire junto a los gases de la pólvora.
¡OH! ¡Ucrania! ¡Cuánto dolor te causan!
Y las angustias de un mundo perplejo,
expectante,
ante la irracionalidad y la barbarie
por tantos desvaríos
en nefastos seres sin alma.
¡OH! ¡Ucrania! ¡Cuánto dolor te causan!
Lucía
Giaquinto
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