LO QUE QUEDÓ EN EL SURCO
CONTRATAPA
A veces, por causas impensadas,
tal vez en espera de una palabra que nos movilice, nos quedan algunas cuantas cosas
materiales guardadas por mucho tiempo. Quizás no volvamos a recordarlas y son
olvidadas para siempre.
Este libro nacido en México,
tras una experiencia incomparable, también durmió ese largo letargo que marca el
transcurrir de la espera durante años. Sólo fueron hojas de papel escritas y archivadas
en una carpeta.
Sin embargo siempre escuché sus
llamados por salir a la luz. Porque lo que abarca entre sus páginas fue el
determinante de un cambio rotundo en mi vida.
Con él nacieron los Encuentros
Internacionales de Arte y Poesía
“La de las
Siete Colinas” – nombre basado en el
titulo del libro de Gaspar L. Benavento, el que presenté en ese Encuentro de
Artistas y Poetas en México, al que fui invitada.
Estando allí pensé, ¿por qué no realizar estos eventos en mi ciudad? Hablé
sobre este tema con el escritor Eduardo Molina y Vedia – autor del prólogo,
lamentablemente ya fallecido -. Y me quedaron grabadas sus palabras:” Si los vas a hacer, apunta a la excelencia “.
Volví a Victoria con esa ilusión
que fue materializándose de manera inmediata. La tarea fue ardua; las luchas
por concretar lo mejor no resultaron fáciles. Pero, surgieron manos extendidas
con generosidad, las que colaboraron en los múltiples quehaceres de la
organización: Adriana, Silvia, María…Y así comencé el recorrido de un camino
montañoso, con demasiadas piedras que fui sorteando al transitarlo.
Luego, con el devenir de los años, las
recompensas recibidas por esos grandes esfuerzos fueron tan importantes que ni
siquiera las imaginaba.
Por esa razón no hubiera sido
justo que “Lo que quedó en el surco”,
permaneciera en el olvido.
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